top of page

Escena y formación escénica

​​

   Desde bien niña me recuerdo en un escenario. No de manera continuada, sino más bien puntualmente, y tampoco de manera especialmente intensa o con una clara intención de dirigir mis pasos hacia ese ámbito laboral, como es el caso de otros actores y actrices, pero sí que es cierto que  a muy temprana edad descubrí que me gustaban los escenarios. La primera obra de teatro en la que participé fue allá por mis primeros años de EGB (1973-1977) en el colegio "Divina Pastora", de Lugo, ciudad en la que residía con mi familia. Era uno de esos cursos de Teatro que se impartían en algunos colegios. Han pasado alrededor de 50 años... (toda una vida) y me es imposible recordar el título de aquella obra de teatro, pero sí recuerdo que trataba sobre príncipes, princesas, pedidas de mano... y mi papel, era, ni más ni menos... ¡que el del padre de la princesa protagonista!. Sí, sí, el padre de la princesa, con bigote y barba incluido. Sólo decía una frase, en el momento en que  el príncipe protagonista acudía a mi a pedirme la mano de mi hija,  y aún la recuerdo: "Largo de aquí, o le mando a fusilar... largo de aquí, o le mando a fusilar, ría, ría cataplán, o le mando a fusilar...." El padre a quien yo representaba tenía bastantes malas pulgas, por lo visto. Era una obra cantada, y todavía recuerdo también la melodía. Pues sí, me gustó. Me gustó la escena, me gustaron las bambalinas, me gustaron los nervios previos a la escenificación, el trajín de los vestuarios, el atrezzo,  los cortinones del escenario.... Había algo (o mucho) de mágico en todo aquello.

​

 En aquellos primeros años de escolarización, recuerdo también haber asistido a clases extraescolares de baile. En aquel colegio se impartía baile tradicional de Galicia y fueron mis primeros pasos en aprendizaje de danza. Me gustaba y me lo pasaba muy bien, y de todos los bailes que aprendimos, recuerdo uno que me llamaba especialmente la atención: en él,  las niñas bailábamos en torno a un círculo en cuyo  eje central se instalaba un poste muy alto anclado en el suelo. Con la mano que quedaba hacia la parte interior del círculo sosteníamos una cinta (cintas de colores distintos) y la mano que quedaba en la parte exterior del círculo la movíamos acompañando a los movimientos del cuerpo propios de aquella danza. A medida que nos movíamos entre nosotras al compás de la música, y sin soltar la cinta de la mano, dicha cinta iba trenzándose alrededor del poste central, de modo que cuando acababa el baile el poste quedaba hermosamente cubierto por las cintas de colores que habíamos trenzado mientras bailábamos. Pues si, muy bonito. Recuerdo también a mi madre tejiendo laboriosamente el traje protocolario y típico para estos bailes: Era de color rojo y negro con una camisa blanca, pero lo que era especialmente costoso de hacer era el delantal: se superponía sobre toda la parte delantera de la falda y estaba completamente cubierto con una decoración de lentejuelas de color negro que se cosían una a una, incluso solapándose algunas sobre otras,  para formar un bordado de motivos florales (podía ser otro tipo de dibujo o forma). Menudo trabajo se tomó mi madre.

​

  A lo largo de mi formación de B.U.P, cuando ya vivía con mi familia en el País Vasco,  participé también en el grupo de Teatro del Instituto Usandizaga de San Sebastián, (entre los años 1983-1985) dirigido por uno de los profesores de Literatura, y del que guardo un gratísimo recuerdo. Tanto de la dirección, como de las compañeras, de quienes también aprendí muchos secretos y técnicas de las Artes Escénicas. Tenía entones 16-18 años. 

​

  Mis formación académica universitaria posterior,  sin embargo, derivó hacia la Literatura (Filología Alemana en la Universidad Complutense de Madrid) y, años más tarde, Psicología en la UPV/EHU, pero, aunque fuera con carácter de hobby o en ratos libres, no he querido perder el contacto con el Arte de la Escena. Así que en 1992, aunque mi actividad laboral discurriera por otros ámbitos,  realicé dos cursos de Teatro en una Academia de San Sebastián (1992-1993 y 1993-1994), "Academia Tattan Club", y un año más tarde (1994-1995) continué también en San Sebastian en la Academia IVIM (también agencia de actores y modelos). 

​

  Fruto de estas inquietudes y de estar en contacto con esta escena, a través de la Agencia de actores y modelos IVIM (San Sebastián), participé como figurante en algunos capítulos de la exitosa serie "Goenkale" (serie en euskera emitida en la ETB-1,  que se estrenó en 1994) y en la película "Maité", (1994), una coproducción España-Cuba dirigida por Eneko Olasagasti y Carlos Zabala. No son más que pequeñas (o pequeñísimas) incursiones en ese ámbito tan especial para mi, pero las disfruté enormemente. Aún recuerdo el día en que grabé para "Maité" una tarde-noche de invierno en la Estación de tren de San Sebastián... la escena en la que yo participaba exigía que llegase un tren de largo recorrido en el que se esperaba a uno de los protagonistas de la película, y si la escena no salía bien... había que espera al siguiente tren. Y en estos menesteres nos alcanzó  la noche... y todo para grabar una escena en la que, por lo que a mi respecta, apenas se me ve un instante en pantalla,  pese a que lo que los minutos que se graban son bastantes más... pero me gustó muchísimo, una de esas experiencias donde el tiempo no pasa (y no pesa)  y me habría quedado toda la noche si hubiera sido necesario.  Los figurantes cenamos en la  Estación de tren donostiarra junto con el resto del equipo de cine que se encontraba allí, actores incluidos, y nos fuimos encantados de haber participado en esta secuencia del film  y del ambiente tan amigable que se respiró. 

​

 En Barcelona, entre los años 1998-2000, ciudad a la que tuve que trasladarme por motivos laborales, me enamoré del baile del Tango y acudí a una academia dirigida por una excelente profesora argentina que nos ayudó, a mi  y al resto de los alumnos, a aprender algunas de las complejas técnicas de esta danza, y a algo también muy dificil: a sumergirnos en su particular atmósfera. A final del curso académico hicimos una muestra del aprendizaje realizado en un baile argentino de la ciudad, un baile teatralizado. No dejaba de ser un ámbito de aprendices de primer curso, pero me encantó la experiencia y una formación como la que impartía  aquella exigente y excelente profesora me resultó difícil de encontar en otros lugares pese a que lo intenté después de abandonar Barcelona. 

​

 Bastantes años más tarde, coincidiendo con  mi formación universitaria de años posteriores en Psicología, participé en un vídeo, un corto para la Escuela de Cine y Video de Andoain. Era el año 2007 aproximadamente, escrito y dirigido por Jonatan Flores, y mi papel era de actriz secundaria. Título: "No-Rem". 

 

Adjunto el enlace a Youtuve donde podéis verlo. 

​

​​

​​​​​

​​

​

​

​

 

  Desde el año 2013 hasta la actualidad, mi actividad escénica discurre en el ámbito de la recreación histórica y en el estudio y creación de  vestuario histórico, actividad de la que hablo en otros apartados de esta Web 

​

​

  

​

   

​

   Escena musical. A comienzos de los años 80 participé también muy activamente en la escena musical donostiarra. Ya hacia los años 81-82 me interesaba por la música llamada "alternativa" o "underground" en aquel momento, incluidos los grupos de música locales a quienes seguíamos a sus conciertos (junto con la amiga con quien salía en aquellos años) y nos interesábamos por sus creaciones musicales.  Vivir aquel ambiente significaba conocer a chicos/as con las mismas inquietudes y moverte en los locales o bares en los que se escuchaba y  promocionaba ese estilo de música. Así conocí a Juanjo Arrizabalaga, un chico muy inquieto musicalmente y participante activo en bandas locales.  Hacia el año 1982 aproximadamente, estaba intresado en  conformar un nuevo grupo musical distinto al que ya tenía, y me ofreció la posibilidad de tocar el bajo eléctrico en su nueva formación. Yo no tenía ni idea de música, pero aquellos años estaban muy marcados por el post-punk, punk, rock (en la llamada escena alternativa) y no era difícil encontrar músicos que se subían a escena con escasísimos conocimientos técnicos de música: lo que importaba era la actitud y donde faltaba técnica sobraban ganas, ímpetu , espontaneidad y ganas de divertirse... y de comunicar.  Asi se formó la banda "La Vieja Escuela", liderada por Juanjo Arrizabalaga, que se mantuvo activa por los escenarios vascos (fundamentalmente) hasta el año 1988 aproximadamente, habiendo ganado el primer concurso de pop-rock de San Sebastián en la edición del año 1984.

   Sin embargo, los ámbitos profesionales de los componentes se desarrollaban al margen de la música por lo que no fue hasta 2011  cuando retomamos los escenarios para formar parte de un concierto en el que nos juntamos diversos grupos de aquellos años en un concierto llamado "We back again". 

   En el año 2019 volvimos a ofrecer una serie de actuaciones en diversos locales de  la ciudad de San Sebastián, con la finalidad, entre otras cosas, de recordar las canciones del grupo y promocionar el disco que estábamos grabando.  Curiosamente el primer disco, después de tantos años transcurridos desde los comienzos de la banda.    Después de esto, en concreto en el año 2020, finalizó mi participación en este grupo. No puedo decir que acabase bien, pero tampoco voy a dar más detalles.  Me fui de esta banda, pese a tener mucho interés en retomar los escenarios musicales,... pero no me fue permitido continuar en esta formación. â€‹

  De modo que aprendí a tocar el bajo eléctrico (no a componer) como fruto de esta experiencia, y... sí, me gustó, pese a que toda escena artística tiene días de gloria y funestos días de sombras. Con la intención no perder el contacto con la música una vez que ya lo había retomado,  en 2021 me animé a estudiar bajo eléctrico por la vía académica, continuar profundizando en este instrumento y no abandonar del todo los conocimientos y experiencia ya adquiridos 

​

  A lo largo de los años  2021-2024 (3 cursos académicos)  estudié música en la Escuela de Música y Danza de San Sebastián. Quise continuar, pero  el curso académico 2024-2025 tuve que abandonarlo apenas había comenzado  porque no disponía del tiempo suficiente que necesita el estudio de música.  Pero no he perdido el interés en ello y espero retomarlo algún día. 

​

​

© 2020 por Julia Onaindia. Creado con Wix.com

bottom of page